lunes, 17 de octubre de 2011

APPLE.


No hace mucho tiempo publiqué una historia relacionada con Microsoft. Hoy quiero hablaros de algo mucho más serio, algo que si aportó de verdad a la informática y a su evolución, hoy quiero hablar de la gran compañía Apple Computer.

Apple Computer, Inc., es una empresa estadounidense de tecnología informática fundada en 1976 por Steve Jobs y Steve Wozniak. Hablar de ella nos remonta al inicio de la computadora personal, nos hace ver como una empresa ha sido líder en equipo destinado a aplicaciones de desarrollo gráfico y con gran auge en el campo de la producción de Video. Es una empresa innovadora, con un verdadero culto de sus usuarios.

Steve Wozniak, uno de sus fundadores, nació en 1950, era totalmente diferente a todos los chicos de su edad y le encantaba la electrónica. Pasaba días encerrado en su habitación, leyendo y documentándose sobre tecnología. A los trece años obtuvo un premio científico por desarrollar y construir su propia máquina de sumar y restar, con transistores que le regaló un ingeniero de Fairchild, "Llegué a interesarme en la electrónica gracias a él", diría más tarde el "Woz". A partir de 1968 empezó a estudiar Ingeniería y Ciencias de la Computación en la Universidad de Berkeley,

Wozniak conoció a Steve Jobs quien era cinco años menor que él; Jobs se había criado en Mountain View, y sus padres adoptivos, no conocían muy bien sobre la alta tecnología. Después de que la familia de Jobs se mudó a Los Altos, Woz lo conoció un poco más a través de un amigo en común, justo antes de que Jobs cumpliera los catorce años. Aunque compartían su interés por los ordenadores, diferían en su forma de ser. Woz era una persona que llevaba sus ideas a la práctica, en cambio Jobs parecía ver a la electrónica como un medio para llegar a un fin. Como diría Woz, "ganar no me resulta tan importante como correr detrás de la pelota" refiriéndose al tenis. Woz, no tenía ambición y Jobs no tenía otra cosa en su cabeza que ella.


Woz y Jobs, no tenían mucha afición por el colegio, para ellos no era interesante. Pronto Jobs empezó a trabajar en Atari, mientras que Woz fue a trabajar a Hewlett-Packard, en el diseño de calculadoras. Jobs se dedicaría al desarrollo de videojuegos.

Lo mejor que Jobs llevó a Atari, fue a Woz, al que ya le habían encargado un trabajo en dicha empresa, después de demostrar su propia variante del videojuego Pong (un juego que simulaba un tenis de mesa, en definitiva eran dos palos y una bola). Woz acabó siendo responsable de Pong para un solo jugador, le llamó BreakOut y es el que se muestra en la imagen, seguro que también os suena. Durante cuatro noches Wozniak desarrolló BreakOut y Jobs lo ensambló.


Wozniak seguía investigando en electrónica, y en una exposición de ordenadores descubrió una pequeña firma de fabricantes de microprocesadores, no eran Intel, pero para su desarrollo le sobraba. Pronto construyó su propio ordenador, no estaba del todo ensamblado, era un producto sin terminar y ya parecía mejor que Altair en hardware, utilizaba muchos menos elementos.

Como anteriormente comentábamos, a Woz solo le gustaba eso, no contaba con el espíritu ambicioso que si tenía Jobs, que vio su proyecto de otra manera, en vez de asombrar a sus amigos, ¿Qué podría pasar con un mercado más grande?

Corrían los comienzos de 1976, Jobs tenía veintiún años y Woz veintiséis. Ambos consideraban la idea de comenzar una empresa, "Apple Computer".
La primera máquina de Apple, fue denominada “Apple I” y se vendía por 666,66 dólares. La Apple I se podía obtener en tiendas informáticas o por correo. La empresa distribuidora estaba establecida en el garaje de Jobs en el 2066 Crist Drive de Los Altos. A pesar de que Woz y Jobs vendieron una cifra de 175 unidades, la propuesta no le interesó a Hewlett-Packard ni a la empresa Atari ni la propia Intel, quienes se negaron a respaldar a Apple.


A lo largo de la última mitad de 1976 Wozniak estuvo preparando una computadora con mejoras técnicas. La nueva propuesta era la “Apple II” con sólo cinco kilogramos y medio de peso, teclado, diseño más elegante, fuente de alimentación y un disco flexible para almacenar los datos. La máquina se vendía totalmente ensamblada, con un estuche de color crema, que tenía el logotipo Apple II, en su parte superior.

Jobs estableció el precio de la “Apple II” en 1.298 dólares. Aunque la “Apple II” estaba en su proceso de terminación, Jobs salió a buscar inversionistas. Seguro de sí mismo sabía que su falta de recursos y de experiencia se interponía a su intención de crear una empresa real. Dos de sus primeros empleados fueron estudiantes de la escuela secundaria.

Estaba claro que Steve Wozniak era el diseñador de toda la lógica y la electrónica del Apple II y Steve Jobs era el creador del concepto y la visión de futuro de Apple, buscando al mismo tiempo la forma de crear un producto que pudiera satisfacer a todos los usuarios, y no sólo a los más técnicos.

Apple II apareció en 1978, a un año de haber sido declarada como corporación, Apple ya estaba generando ganancias. La empresa obtuvo más de 2 millones de dólares. Las ventas se duplicaron y quintuplicaron al año siguiente. A Jobs lo declararon como la persona más joven en llegar a millonario en la lista Fortune 400. El proyecto que Steve Wozniak había diseñado, vendió más de 300.000 unidades para fines de 1981, (cinco millones a lo largo de diecisiete años). En las navidades de 1980 fue el gran despegue de Apple, ya que comenzó a cotizar en bolsa.


Pero también Apple tuvo fracasos, Apple III lo fue, suponía un avance en la arquitectura e incorporaba un disco rígido, tuvo que ser retirada porque técnicamente fue un autentico desastre. También otro fracaso fue que Apple se resistía a bajar los precios del Mac y no licenciar su sistema operativo a otras empresas.

Existe una historia más que conocida, que mucha gente pone en duda, se denominó “los piratas de Apple”. Actuaron sobre una confiada Seros que abrió sus puertas para mostrar lo que había diseñado, y Jobs, ‘saboteó’ sus inventos, robó sus ideas y los introdujo en su nueva Mac, de nuevo, todo gracias a su visión comercial. Si tenemos algo que destacar en el Mac fue que introdujo GUI (Interfaz Grafica de Usuario). Obviamente no fue un desarrollo de Apple, sino un diseño y desarrollo de los laboratorios de Xerox PARC en Palo Alto, California.

Aún así y como un pequeña crítica, Mac fue una computadora adelantada a su época, y esto fue un error de Jobs. Como todo en este mundo, tiene que haber un tiempo de adaptación y Mac no lo tuvo. La Norteamérica corporativa, así como negocios, empresas, multinacionales, etc., eligieron al IBM PC, no solamente por ser de IBM, si no porque actuaba de manera que se suponía que tenia que actuar un ordenador.

En 1981 Steve Wozniak deja Apple, un accidente de avión le hizo pensar que después de Apple había vida. Y como anécdota Wozniak sigue guardando su placa de empleado número 1 de Apple, siempre la ha amado, pero con el tiempo llegó a tener más acciones en Microsoft.

En Apple quizás lo peor que hizo Jobs fue la forma en que administró el proyecto Macintosh. Escogió con sumo cuidado un equipo de ingeniería y adquirió un edificio exclusivo para el proyecto con una bandera con una calavera con tibias cruzadas (con el logotipo de Apple, en donde debería estar el ojo). Uno de los dichos de Jobs, era "Mejor es ser pirata que ingresar a la marina". Los programadores seleccionados recibían jugos de naranjas exprimidos cada mañana y muchas otras atenciones por parte de su líder. Cuando Mac no tuvo el impacto que se suponía tendría, Jobs como un barquero fue obligado a caminar por la tabla.


Siempre ha existido una pésima relación entre Microsoft y Apple, pero últimamente parece que ya no se odian tanto, aunque no hay que olvidar que el duelo entre ambas compañías se remonta hace mas de 22 años, cuando Microsoft comenzó a desarrollar sus primeros programas para Apple (al darse cuenta del éxito que la compañía de la manzana estaba consiguiendo). Entonces, Microsoft lanzó al mercado Windows 1.0, una copia de la versión 1 de Mac OS que motivó el inicio de las hostilidades.
Como anécdota y a la vez realidad, en 1993 Apple perdió un juicio contra Microsoft al que acusaba de violación de las leyes de derechos de autor por haber copiado ilegalmente el diseño de la interfaz gráfica de Macintosh. El fallo fue más adelante confirmado por un tribunal de apelación. ¡Como siempre Microsoft copiando!

En este sentido no podemos perder de vista a Google en un futuro próximo, ya que está dando pasos de gigante para meterse en la lucha contra Apple y Microsoft.

Aunque este relato se alargue un poco, quiero mostraros el Discurso de graduación que Steve Jobs impartió el 12 de Junio de 2005 en la Universidad de Stanford. Gracias a un muy buen amigo que anda por Australia y desde aquí le mando mucho ánimo, que me lo envió hace muy poco por correo, puedo ofreceros un ejemplo de oratoria por su estilo pero sobre todo por la carga emocional de su contenido, lleno de humildad. Nada tiene que ver con la pomposa presentación a la que recurría en el lanzamiento de cada uno de sus productos tecnológicos. En él habló de la muerte, tras haber sido diagnosticado un año antes con una rara forma de cáncer de páncreas. Cuando lo leí, quedé sumamente impresionado, me absorbió y me causó muchas sensaciones. El discurso es el siguiente:


"Me siento honrado de estar con vosotros hoy en esta ceremonia de graduación en una de las mejores universidades del mundo. Yo nunca me licencié. La verdad, esto es lo más cerca que he estado de una graduación universitaria."

Hoy deseo contaros tres historias de mi vida. No es gran cosa. Sólo tres historias. La primera trata de conectar puntos. Me retiré del Reed College a los seis meses y seguí yendo de modo intermitente otros 18 meses más antes de abandonar los estudios. ¿Por qué lo dejé? Comenzó antes de que yo naciera. Mi madre biológica era una joven estudiante de universidad, soltera, que decidió darme en adopción. Ella creía firmemente que debía ser adoptado por estudiantes graduados. Por lo tanto, todo estaba arreglado para que apenas naciera fuera adoptado por un abogado y su esposa; salvo que cuando nací decidieron en el último minuto que en realidad deseaban una niña. De ese modo, mis padres, que estaban en lista de espera, recibieron una llamada en medio de la noche preguntándoles: "Tenemos un niño no deseado; ¿lo quieren?". Ellos contestaron: "Por supuesto".

Cuando mi madre biológica se enteró que mi madre nunca se había graduado en la universidad y que mi padre tampoco tenía el graduado escolar se negó a firmar los papeles de adopción definitivos. Sólo cambió de parecer unos meses más tarde cuando mis padres le prometieron que algún día iría.

A los 17 años fui a la universidad. Ingenuamente elegí una casi tan cara como Stanford y todos los ahorros de mis padres, de clase obrera, se fueron en la matrícula. Seis meses después yo no había sido capaz de apreciar el valor de su esfuerzo. No tenía idea de lo que quería hacer con mi vida y tampoco sabia si la universidad me ayudaría a deducirlo. Y ahí estaba yo, gastando todo el dinero que mis padres habían ahorrado durante toda su vida. Decidi retirarme y confiar en que todo iba a resultar bien. En ese momento fue aterrador, pero mirando hacia atrás es una de las mejores decisiones que he tomado. Prescindí de las clases obligatorias, que no me interesaban, y comencé a asistir irregularmente a las que sí consideraba interesantes.

No todo fue romántico. No tenía dormitorio, dormía en el suelo de las habitaciones de amigos, llevaba botellas de Coca Cola a los depósitos de 5 centavos para comprar comida y caminaba 11 kilómetros, cruzando la ciudad todos los domingos de noche, para conseguir una buena comida a la semana en el templo Hare Krishna. Me encantaba. La mayoría de cosas con las que tropecé, siguiendo mi curiosidad e intuición, resultaron ser posteriormente inestimables. Por ejemplo, en ese tiempo Reed College ofrecía quizás la mejor instrucción en caligrafía del país. Todos los afiches, todas las etiquetas de todos los cajones estaban bellamente escritos en caligrafía a mano en todo el campus. Como había abandonado el curso y no tenía que asistir a las clases normales, decidí tomar una clase de caligrafía para aprender. Aprendí de los tipos serif y san serif, de la variación en el espacio entre las distintas combinaciones de letras, de lo que hace que la gran tipografía sea lo que es. Era artísticamente hermoso, histórico, de una manera en que la ciencia no logra capturar, y lo encontré fascinante.

A priori, nada de esto tenía una aplicación práctica en mi vida. Diez años después, cuando estaba diseñando el primero ordenador Macintosh, todo tuvo sentido para mí. Y todo lo diseñamos en el Mac. Fue el primer ordenador con una bella tipografía. Si nunca hubiera asistido a ese único curso en la universidad, el Mac nunca habría tenido múltiples tipografías o fuentes proporcionalmente espaciadas. Y como Windows no hizo más que copiar a Mac, es probable que ningún PC la tuviese. Si nunca me hubiera retirado, nunca habría asistido a esa clase de caligrafía, y los ordenadores personales carecerían de la maravillosa tipografía que llevan. Por supuesto era imposible conectar los puntos mirando hacia el futuro cuando estaba en la universidad. Sin embargo, fue muy, muy claro mirando hacia el pasado diez años después.
Reitero, no podéis conectar los puntos mirando hacia el futuro; solo podéis conectarlos mirando hacia el pasado. Por lo tanto, tenéis que confiar en que los puntos, de alguna manera, se conectarán en vuestro futuro. Tenéis que confiar en algo, lo que sea. Nunca he abandonado esta perspectiva y es la que ha marcado la diferencia en mi vida.

La segunda historia es sobre amor y pérdida. Fui afortunado, porque descubrí pronto lo que quería hacer con mi vida. Woz y yo comenzamos Apple en el garaje de mis padres cuando tenía 20 años. Trabajamos duro y en 10 años Apple había crecido a partir de nosotros dos en un garaje, transformándose en una compañía de dos mil millones con más de 4.000 empleados. Recién habíamos presentado nuestra más grandiosa creación -el Macintosh- un año antes y yo recién había cumplido los 30.

Luego me despidieron. ¿Cómo te pueden despedir de una compañía que fundaste? Bien, debido al crecimiento de Apple contratamos a alguien que pensé que era muy talentoso para dirigir la compañía conmigo. Los primeros años las cosas marcharon bien. Sin embargo, nuestras visiones del futuro empezaron a desviarse y finalmente tuvimos un encontronazo. Cuando ocurrió, la Dirección lo respaldó a él. De ese modo a los 30 años estaba afuera. Y muy publicitadamente fuera. Había desaparecido aquello que había sido el centro de toda mi vida adulta. Fue devastador. Por unos cuantos meses, realmente no supe qué hacer. Sentía que había decepcionado a la generación anterior de empresarios, que había dejado caer el testimonio cuando me lo estaban pasando. Me encontré con David Packard y Bob Noyce e intenté disculparme por haberlo echado todo a perder tan estrepitosamente. Fue un absoluto fracaso público e incluso pensaba en alejarme del valle [del silicio, California]. No obstante, lentamente comencé a entender algo. Todavía amaba lo que hacía. El revés ocurrido con Apple no había cambiado eso ni un milímetro. Había sido rechazado, pero seguía enamorado. Y decidí empezar de nuevo.

En ese entonces no lo entendí, pero ser despedido de Apple fue lo mejor que podía haberme pasado. La pesadez de tener éxito fue reemplazada por la iluminación de ser un principiante otra vez. Me liberó y entré en una de las etapas más creativas de mi vida. Durante los siguientes cinco años, fundé una compañía llamada NeXT, otra empresa llamada Pixar, y me enamoré de una asombrosa mujer que se convirtió en mi esposa. Pixar continuó y creó la primera película en el mundo animada por ordenador,Toy Story, y ahora es el estudio de animación de más éxito a nivel mundial. En un notable giro de los hechos, Apple compró NeXT, regresé a Apple y la tecnología que desarrollamos en NeXT constituye el corazón del actual renacimiento de Apple.

Con Laurene tenemos una maravillosa familia. Estoy muy seguro de que nada de esto habría sucedido si no me hubiesen despedido de Apple. Fue una amarga medicina, pero creo que el paciente la necesitaba. En ocasiones la vida te golpea con un ladrillo en la cabeza. No perdáis la fe. Estoy convencido que lo único que me permitió seguir fue que yo amaba lo que hacía. Tenéis que encontrar lo que amáis. Y eso es tan válido para el trabajo como para el amor. El trabajo llenará gran parte de vuestras vidas y la única manera de sentirse realmente satisfecho es hacer aquello que creéis que es un gran trabajo. Y la única forma de hacer un gran trabajo es amar lo que se hace. Si todavía no lo habéis encontrado, seguid buscando. No os detengáis. Al igual que con los asuntos del corazón, sabréis cuando lo habéis encontrado. Y al igual que cualquier relación importante, mejora con el paso de los años. Así que seguid buscando. Y no os paréis.

La tercera historia es sobre la muerte. Cuando tenía 17 años leí una cita que decía algo parecido a "Si vives cada día como si fuera el último, es muy probable que algún día hagas lo correcto". Me impresionó y en los últimos 33 años, me miro al espejo todas las mañanas y me pregunto: "Si hoy fuera en último día de mi vida, ¿querría hacer lo que estoy a punto de hacer?" Y cada vez que la respuesta ha sido "no" varios días seguidos, sé que necesito cambiar algo.
Recordar que moriré pronto constituye la herramienta más importante que he encontrado para tomar las grandes decisiones de mi vida. Porque casi todas las expectativas externas, todo el orgullo, todo el temor a la vergüenza o al fracaso todo eso desaparece a las puertas de la muerte, quedando solo aquello que es realmente importante. Recordar que vas a morir es la mejor manera que conozco para evitar la trampa de pensar que tienes algo que perder. Ya estás desnudo. No hay ninguna razón para no seguir a tu corazón.

Casi un año atrás me diagnosticaron cáncer. Me hicieron un escáner a las 7:30 de la mañana y claramente mostraba un tumor en el páncreas. ¡Ni sabía lo que era el páncreas! Los doctores me dijeron que era muy probable que fuera un tipo de cáncer incurable y que mis expectativas de vida no superarían los seis meses. El médico me aconsejó irme a casa y arreglar mis asuntos, que es el código médico para prepararte para morir. Significa intentar decir a tus hijos todo lo que pensabas decirles en los próximos 10 años, en unos pocos meses. Significa asegurarte que todo esté finiquitado de modo que sea lo más sencillo posible para tu familia. Significa despedirte.
Viví con ese diagnóstico todo el día. Luego por la tarde me hicieron una biopsia en que introdujeron un endoscopio por mi garganta, a través del estómago y mis intestinos, pincharon con una aguja el páncreas y extrajeron unas pocas células del tumor. Estaba sedado, pero mi esposa, que estaba allí, me contó que cuando examinaron las células en el microscopio, los doctores empezaron a llorar porque descubrieron que era una forma muy rara de cáncer pancreático, curable con cirugía. Me operaron y ahora estoy bien. Es lo más cerca que he estado a la muerte y espero que sea lo más cercano por unas cuantas décadas más.

Al haber vivido esta experiencia, puedo contarla con un poco más de certeza que cuando la muerte era puramente un concepto intelectual: Nadie quiere morir. Incluso la gente que quiere ir al cielo, no quiere morir para llegar allá. La muerte es el destino que todos compartimos. Nadie ha escapado de ella. Y es como debe ser porque la muerte es muy probable que sea la mejor invención de la vida. Es su agente de cambio. Elimina lo viejo para dejar paso a lo nuevo. Ahora mismo, vosotros sois lo nuevo, pero algún día, no muy lejano, seréis los viejos. Y seréis eliminados. Lamento ser tan trágico, pero es cierto. Vuestro tiempo tiene límite, así que no lo perdáis viviendo la vida de otra persona. No os dejéis atrapar por dogmas, no viváis con los resultados del pensamiento de otras personas. No permitáis que el ruido de las opiniones ajenas silencie vuestra voz interior. Y más importante todavía, tened el valor de seguir vuestro corazón e intuición, porque de alguna manera ya sabéis lo que realmente queréis llegar a ser. Todo lo demás es secundario.

Cuando era joven, había una asombrosa publicación llamada The Whole Earth Catalog, una de las biblias de mi generación. Fue creada por un tipo llamado Steward Brand no muy lejos de aquí, en Menlo Park, y la creó con un toque poético. Fue a finales de los 60, antes de los ordenadores personales y de la edición mediante microcomputadoras. Se editaba usando máquinas de escribir, tijeras y cámaras Polaroid. Era como Google en tapas de cartulina, 35 años antes de que apareciera Google. Era idealista y rebosante de hermosas herramientas y grandes conceptos. Steward y su equipo publicaron varias ediciones del The Whole Earth Catalog y luego, cuando seguía su curso normal, publicaron la última edición. Fue a mediados de los 70 y yo tenía vuestra edad. En la contraportada de la última edición, había una fotografía de una carretera en medio del campo a primera hora de la mañana, similar a una en la que estaríais haciendo dedo si fuérais así de aventureros. El pie de foto decía: "Seguid hambrientos. Seguid alocados". Fue su mensaje de despedida. Siempre lo he deseado para mí. Y ahora, cuando estáis a punto de graduaros para empezar de nuevo, es lo que os deseo. "Seguid hambrientos. Seguid alocados".
Gracias.




A.E.C

martes, 4 de octubre de 2011

STALINGRADO.



Hace poco leí un libro donde documentaba afinadamente la batalla de Stalingrado. Cuando terminé de leerlo, me quedé pensando en el gran error que cometió Hitler, un personaje al que consideraba un gran estratega.
Hitler pensaba al igual que los mandos militares que sería una campaña breve que decidiría la guerra.

La batalla de Stanlingrado fue uno de los enfrentamientos más sangrientos de la historia. Se enfrentaron fuerzas alemanas y los ejércitos soviéticos en una lucha cruenta por Stalingrado, entre junio de 1942 y febrero de 1943, durante el transcurso de la Segunda Guerra Mundial. Con unas bajas estimadas de 3 a 4 millones la Batalla de Stalingrado es considerada como la más sangrienta en la historia de la humanidad. Los alemanes la llamaron «Rattenkrieg», «guerra de ratas».


Posiblemente las causas iniciales del enfrentamiento fueron las irreconciliables diferencias entra las ideologías de ambas naciones, además de la política y el sueño hitleriano del "espacio vital " que tanto ansiaba Hitler para que la población alemana se desarrollase sin límites.
Con estas ideas Hitler lanzó un violento ataque contra la Unión Soviética, consiguiendo un incontenible avance hasta llegar a Stalingrado en 1943. Militarmente no parecía difícil ocupar esta ciudad industrial, de importancia estratégica para el transporte fluvial por el Volga, gran nudo ferroviario y último obstáculo en el camino hacia las riquezas petrolíferas, carboníferas y de manganeso del Cáucaso. Pero al primer intento de asalto, la escasa guarnición y la población dejaron claro que iban a oponer una resistencia heroica.

Antes del inicio del avance alemán, a los 500.000 habitantes de Stalingrado se les habían unido 400.000 refugiados de otros lugares de Rusia. Durante el asedio, se empezaron a complicar las cosas, y Hitler se puso nervioso, advirtiendo a sus generales que si no aniquilaban al enemigo a orillas del Volga para seguir avanzando hasta apoderarse del petróleo de los yacimientos de Grosny, tendría que liquidar la guerra.
La orden de Stalin era "ni un paso atrás". Los comisarios políticos, al frente de los cuales estaba Nikita Kruchov, se encargaban de que se cumpliera el mandato de Stalin matando a balazos a quien abandonara una posición. En el bando alemán, donde se luchaba bajo el lema "venceremos por que tenemos que vencer", se fusilaba a quienes intentaban desertar.

Para Hitler, Stalingrado era importante porque necesitaba proteger los campos petrolíferos de Rumania, de los que dependía todo su imperio del Este. Pienso que uno de los primeros fallos que cometió Hitler en esta batalla fue reducir el abastecimiento aéreo a sus tropas. Antes del final de aquel año, las tropas alemandas atrapadas morían de desnutrición, hipotermia y enfermedades tales como el tifus, las fiebres tifoideas y la disentería.


A pesar de todo, los alemanes no estaban dispuestos a rendirse. En mi opinión, las fuerzas alemanas no eran lo suficientemente poderosas como para mantener una ofensiva en un frente que se extendía desde el mar Negro hasta el mar Báltico. El 10 de Enero de 1943 el ejército ruso atacó a los rusos en la batalla más sangrienta de toda la guerra, dejando el 99% de la ciudad de Stalingrado destruida, y de sus 500.000 habitantes, solo quedaron 1.500 después de la batalla. Las bajas militares fueron elevadas en ambos bandos. Murieron 500.000 soldados soviéticos, además de 150.000 alemanes y rumanos. Pero la cifra de muertos no se detuvo tras el final de la batalla, porque de los 91.000 alemanes hechos prisioneros, más de 50.000 murieron de hambre y de frío a lo largo del mes siguiente. El VI Ejército de Hitler había sido prácticamente aniquilado. En palabras del general Siegfried Westphal: «Jamás un ejército tan grande tuvo un final tan aterrador en toda la historia de Alemania».
El último radiomensaje recibido del VI Ejército fue el parte del tiempo del 2 de Febrero de 1943:

"Temperatura 31 grados bajo cero STOP Stalingrado cubierta por la niebla STOP la estación meteorológica se despide STOP Saludos a la patria STOP".


El VI ejercito alemán participó tanto en la primera como en la segunda guerra mundial, dentro de ejército imperial. Este ejército es conocido por haber sido rodeado y destruido en la batalla de Stalingrado por el ejército rojo.

Siempre se ha dicho que el gran vencedor de los alemanes fue el Invierno. El número de congelamientos superaba al de heridos. Pero además, fueron letales el mariscal Barro, que inutilizaba a los vehículos, las infecciones -singularmente la hepatitis y la disentería-, y el hambre. Es decir, los cuatro jinetes del Apocalipsis. Todo ello desmoralizó a los alemanes y muchos de ellos se auto infligían heridas para ser evacuados o se suicidaban.

El final fue patético. Ya no morían como héroes de la “superior raza germánica” , sino desesperados y hambrientos o acribillados por las balas, aplastados por los tanques o despedazados por la artillería o los cohetes Katiuska, conocidos como "Órganos de Stalin". Desde que empezó la última ofensiva rusa, el 10 de enero, ya no se luchaba, solo se moría.

Esta catástrofe dejó huella en la moral de las tropas del ejército alemán, y aumentaron de manera espectacular el número de casos de deserción y la desobediencia al mando. Los soldados alemanes empezaron a temer los ataques por los flancos y el acorralamiento de las tropas. Por primera vez en la mente de la población de Alemania surgieron signos de la derrota inminente, empañando la propaganda nazi y evaporada la confianza en la invencibilidad del ejército alemán. Por último, la economía de guerra de la Alemania nazi entró en crisis, y para disminuir su impacto se adoptó todo un sistema de medidas de emergencia en las esferas de la economía y la política, conocido como “movilización total”.

La derrota de las fuerzas nazis en Stalingrado asestó un duro golpe a la posición internacional del bloque fascista. En vísperas de la guerra, Alemania tenía relaciones diplomáticas con 40 estados. Después de la Batalla de Stalingrado, sólo quedaban 22 y de ellos más de la mitad representaban los satélites de Alemania; 10 estados declararon la guerra a Alemania, 6 a Italia, y 4 a Japón. En marzo de 1943, el gobierno japonés finalmente se negó a entrar en la guerra contra la Unión Soviética al lado de Alemania. En este sentido, comenzaron a tomar distancia de Alemania, Turquía, que mantenía 25 divisiones en la frontera sur de la URSS, y España que había enviado al frente soviético – alemán la "División Azul".

Como conclusión de todo lo mencionado anteriormente, en ningún otro lugar del mundo, en la historia de la guerra, hubiera podido ser tan cierto como en Stanlingrado el dicho de que “una retirada a tiempo es una victoria”. Pero es que Stalingrado llegó a convertirse en un símbolo, en una cuestión moral para el Ejército Rojo y de prestigio para el Tercer Reich.

Y es que la situación de aquel crudo invierno de la guerra en la URSS, se había tornado insoportable para las Fuerzas Armadas del Reich. Una vez fue cercado el VI Ejército por un enemigo superior en número, que luchaba en su territorio, era insostenible mantener la ocupación en la cuenca del Volga, donde los soldados almenajes luchaban ya en retirada sin haber conseguido su objetivo, las zonas petrolíferas.

Hitler, que en la Primera Guerra Mundial sólo había conseguido ser cabo, fue el estratega al que se sometieron los grandes militares de Alemania en la Segunda Guerra Mundial. Toda la campaña de Rusia está marcada por el fanatismo, inspirado en la creencia de la superioridad de la raza germana y en el Drangnach Osten, el expansionismo hacia el Este. Cuando Hitler ordenó en agosto de 1.942 la ofensiva hacia Stalingrado, ya había perdido en los fracasados intentos de ocupar Moscú y Leningrado un total de 1.300.000 soldados, o lo que es lo mismo, más de una tercera parte de las tropas asignadas a la Operación Barbarroja.



Cuando en mayo de 1.945 los soviéticos descendieron de la Puerta de Brandenburgo la bandera nazi e izaron la de la hoz y el martillo, la guerra en el frente del Este había costado la vida a seis millones de alemanes y a 20 millones de soviéticos.


A.E.C.