miércoles, 26 de septiembre de 2012

UN CASO SIN RESOLVER.



Si hubo un caso que me impactó cuando apenas tenía 15 años, fue el secuestro, tortura y asesinato de Toñi, Miriam y Desire. Me acuerdo perfectamente de esa noche, donde con unos buenos amigos paseaba bajo un manto nocturno adornado con miles de estrellas. Íbamos cabizbajos y por nuestras cabezas pasaban cientos de ideas y conjeturas que a veces parecían sacadas de una novela negra, realmente nos afectó en gran medida.

 Recuerdo como nuestra mirada se perdía en el horizonte mientras hablábamos de las diferentes posibilidades en las que se habría producido el asesinado. A ninguno nos cabía la idea de tales torturas que tiempo después se comentaron en los diferentes medios de comunicación. Según pasaba el tiempo, comprobábamos como la Guardia Civil seguía las pistas tras los presuntos homicidas.

 En una primera versión, toda la información giraba entorno a un secuestro con el fin de violar a las niñas para seguidamente asesinarlas a sangre fría y enterrarlas. Aquella noche del 13 de Noviembre de 1992 esconde un sinfín de teorías y supuestos, que nunca se han desgranado en su totalidad para llegar a la certeza de lo que ocurrió realmente aquella fatídica noche.

 En principio, como sabemos existen unos hechos conocidos por todos a través de los medios de comunicación. Desire, Mirian y Toñi, unas adolescentes de entre 14 y 15 años,  se dirigían aquella noche a celebrar una fiesta en la discoteca Coolor situada en las afueras de la vecina localidad de Picassent. Toñi deseaba ir para ver a un chico que le gustaba, llamado José Antonio Cano Llacer y que estaba presumiblemente en la discoteca aquella noche. Miriam llamó a su casa para pedir a su padre si las podía llevar con el coche. El padre estaba enfermo y la dijo que no podía llevarlas. Su madre le pidió que volviera a casa. Sin embargo las jóvenes decidieron por su cuenta y riesgo ir al evento, haciendo auto-stop en las afueras del pueblo de Alcásser.


  Antonio Anglés, se dirigía con su amigo Miguel Ricart hacia la discoteca. Por la carretera se encontraron con las niñas, que hacían autostop con la intención de ir a la fiesta. Anglés preguntó si iban a la discoteca, y ellas respondieron que si, subieron al automóvil, pero al llegar a la discoteca, Anglés dijo a Ricart que continuase conduciendo. A partir de este momento, la vida de las chicas cambió radicalmente. En las siguientes horas, estuvieron violándolas, torturándolas, hasta que cansados terminaron por asesinarlas y enterrarlas en una fosa que tenían excavada previamente.

 Hasta aquí la versión que se mantiene después de tantos años y que a muchos, después de seguir de cerca tal parricidio, hicimos de investigadores casuales para llegar a otra verdad que no tiene que nada que ver con la versión explicada. Sinceramente y bajo mi opinión personal, creo que no todo lo anterior es cierto. Sí plantea un esqueleto de los hechos, pero entre principio y final, pasaron cosas que nunca saldrán a la luz. Creo que en este asesinato hubo más poder que verdad, poder que con la manta del dinero oscurece la vista de los jueces, investigadores y cuerpos del Estado.

  Nosotros como adolescentes, todas las noches le damos vueltas a lo mismo, analizando nuestras propias conclusiones. Bajo la luna siempre mirábamos hacia las montañas y nos preguntábamos si por allí podía esconderse el asesino de las niñas de Alcasser. Daba miedo tener esa sensación en el cuerpo. Las niñas desgraciadamente se hicieron famosas debido a todas las fotos que se publicaron en la televisión, lo cual nos hacía obsesionarnos más sobre el tema. Tenían nuestra edad, una vida por delante, pensar en chicos, acabar sus estudios, bailar, correr, saltar…fueron encontradas en un estado que provocó los terrores más absolutos en nuestro país. Es cuando realmente comprendimos por todo lo que pasaron esas tres inocentes adolescentes. Nos cuestionábamos como era posible tal atrocidad, sin llegar a comprender muy bien nada.

Programa, "Esta noche cruzamos el Missisipi"

Ahora con la edad que tengo, me planteo otras teorías, recuerdo como un programa de televisión dedicaba horas y horas a la historia de Alcasser. Debatían continuamente posibilidades que no tenían nada que ver con la versión oficial que se había ofrecido en las noticias. Investigaban nuevas pruebas que antes ni se plantearon. Antes de plantearme escribir este relato, di muchas vueltas a este caso, retrocedí en el tiempo para revivir aquellos días que tanto me marcaron, viajando al sofá de mi casa cuando veía aquel programa que me planteaba tantas incógnitas. Mi mente poco a poco empezó a cargarse de información que he alimentado con toda la documentación que he leído sobre el asesinato meses anteriores, escribiendo un análisis que nada tiene que ver con lo ocurrido.

 La mayoría de la gente se plantea el caso Alcasser como un “caso más” de secuestro, violación y asesinato. Pero en aquel programa recuerdo como comentaban las diferentes autopsias de los cadáveres. Particularmente una segunda autopsia y análisis de los cuerpos practicada por prestigiosos profesores de medicina, revelaba algo sorprendente, algo fundamental que debió tenerse en cuenta en su día y no fue así. La investigación  determinaba que fueron sometidas a torturas inimaginables y que al menos intervinieron siete personas diferentes en sus violaciones y torturas. Un dato revelador es que ninguno de los pelos púbicos hallados en los cuerpos de las niñas pertenece a Miguel Ricart.

 La noticia de que hubiera pruebas como para determinar que fueron al menos siete personas las involucradas en sus muertes y que ninguna era Miguel Ricart cayó como un jarro de agua fría sobre la versión oficial. Pero el Fiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valencia, D. Enrique Beltrán, supo evadirse hábilmente apoyándose en los “forenses oficiales” argumentando que era inverosímil la participación de más personas en el crimen, dando así por cerrado el caso para la Justicia. ¿Es justo este planteamiento por parte del juez?


 Los días pasaban y las niñas seguían sin aparecer. La persona que más se implicó en la búsqueda fue Fernando García, el padre de Miriam. Siete días antes de la aparición de los cuerpos, el entonces todo poderoso y oscuro Secretario de Estado para la Seguridad, Rafael Vera, se comprometió con Fernando a investigar el caso “desde cero”, para lo cual prometió que un cuerpo especial de policía y, por tanto ajeno a la Guardia Civil, se desplazaría al lugar de los hechos para realizar una investigación de manera independiente. Tal equipo jamás llegó a investigar nada. Y lo más lógico es pensar desde el punto de vista más macabro, que Fernando se estaba metiendo demasiado en el caso, y que quería ir más allá de esa verdad oficial, incluso alguien pensaba que estaba alterando los planes que ya estaban previstos.

 Dos días antes de la aparición de los cuerpos de las niñas, entre ellos el de su hija, viajó a Londres para participar en un programa de la BBC donde se iba a organizar un debate sobre la desaparición de las mismas. El objetivo del padre de Miriam era difundir las fotos de las niñas por diferentes países, en concreto le interesaban los árabes, llegó a pensar en el tráfico de blancas en esta zona del mundo. Parece ser que un conocido millonario perteneciente a la jet set marbellí, financió a Fernando el viaje y los contactos en Londres. Esto obligó al padre de Miriam por primera vez, encontrarse a miles de kilómetros de distancia de Valencia. Este millonario marbellí, presuntamente, tenía contactos directos en el Ministerio del Interior, lo que me hace pensar que alguien quiso apartar durante estos días a Fernando del lugar del crimen.

Supuestamente el lugar donde las niñas fueron torturadas y violadas

 Otra cosa que me sorprende considerablemente, es que un día antes de la aparición de los cuerpos, el 26 de Enero, desde el Ministerio del Interior se decidió que al día siguiente, se tenía que marchar el equipo de Guardias Civiles que integraban el primer contingente de la UCO (Unidad Central Operativa), que hasta el momento habían estado colaborando con la guardia civil de Valencia en la búsqueda de las niñas. Para el funesto día 27 de Enero estaba previsto que partiera desde Madrid a Valencia un nuevo equipo de la UCO con la finalidad de sustituir al existente. Por lo tanto, y haciendo cálculos hubo un lapso de tiempo de entre 8 a 16 horas en el que no se encontraba ningún equipo de la UCO en Valencia. Este lapso de tiempo fue consecuencia de una decisión que se tomó desde Madrid: no era necesario que el primer equipo esperase el relevo para informarle y poner al corriente de la investigación hasta la fecha.
 Esto dejaba por lo tanto una ventana abierta de unas pocas horas para ejecutar un plan sin observadores no deseados, sin interferencias, sin investigadores y sin dar demasiadas explicaciones. Yo pienso que el objetivo estaba claro, y con el tiempo comprobamos que el levantamiento de los cadáveres efectuado por el improvisado equipo de guardias civiles locales fue una gran chapuza. Este hecho hubiese sido inadmisible para un equipo profesional, preparado y con más recursos, como el de la UCO, pero ese día casualmente no había nadie en la zona de este equipo.

 Como he mencionado anteriormente, el 27 de Enero de 1993 fueron encontrados los cuerpos de las niñas. Una mañana fría y muy temprano, dos apicultores fueron a “ver” sus colmenas. No entiendo como las abejas pueden producir un mínimo de miel en invierno, pensemos que sí y pensemos que sí irían a otros menesteres. José Sala y Gabriel Aquino, los dos apicultores, descubrieron “casualmente” la fosa con los cuerpos semienterrados de las niñas de Alcásser. Nerviosos avisaron al puesto de guardia más cercano y esperaron un rato a que el equipo especializado de la Guardia Civil, (en realidad era un grupo de la brigada de atracos), subiera hasta a fosa. Ellos fueron los que encontraron también casualmente entre los restos un papel con el nombre de Anglés, al que buscarán sin descanso. Otro punto importante de la sórdida investigación fue que pusieron trabas para que el forense independiente, doctor Frontela acudiera a la primera autopsia con los “forenses oficiales”. Vamos que si ahora mismo hacemos un mini resumen de lo que acabo de contar, sacamos las siguientes conclusiones: los dos descubrimientos más importantes del caso Alcasser (por un lado los cuerpos de las niñas y por el otro un papelito con el nombre del presunto asesino igualmente encontrado casualmente en el lugar del crimen), sucedió cuando unos apicultores en pleno invierno deciden caprichosamente ir a ver sus colmenas y todo esto mientras Fernando García se encuentra a miles de kilómetros de Valencia y los miembros de la UCO están también de viaje. A esto hay que sumar la oposición de que Frontela acudiera a una primera autopsia, y realizando para terminar una mierda de levantamiento. Sin comentarios, pero creo que he escrito casualmente demasiadas veces.

Las pistas, todas revueltas y juntas. Increíble.

 Con estos datos, que ningún poder político, policial, mediático o judicial venga a contarnos la biblia del caso Alcasser. Es más, yo tengo mi propio análisis del caso, siempre presuntamente claro. Pienso que alguien (perteneciente al Ministerio de Interior o al CESID) con el poder y la información suficientes, podría haber planificado el misterioso día “D” del descubrimiento de la fosa con tanta facilidad. Y aquí entran los dos “inocentes” apicultores. Si el Ministerio o el CESID conocían de antemano el momento del descubrimiento, es que también debían conocer el lugar. Esto me hace pensar algo obvio, solo personas allegadas al Ministerio o al CESID podrían haber colocado los cuerpos sin vida de las niñas en aquel lugar, dando así coherencia a la muy pausible hipótesis del doble enterramiento defendida por el profesor Frontela en esa segunda autopsia.

 Si todavía continuamos analizando más en detalle el lugar del crimen, puede que nos llevemos aún si cabe muchas mas sorpresas. Como sabemos, los cuerpos fueron encontrados en una montaña próxima al Pantano de Tous, en un sector conocido como La Romana. Pues bien, el acceso es materialmente imposible en coche, ya que se ha probado que un automóvil con cuatro personas (mas o menos igual al peso de Anglés, Ricart y las tres niñas) arrastraría en el ascenso los bajos del coche por las piedras, haciendo la movilidad del mismo insostenible. Por lo tanto en el vehículo de Anglés debería tener señales indelebles del maltrato de los bajos del coche. En el sumario consta que nunca se hizo ni se intentó averiguar. ¿Por qué?

En la inspección ocular y en las fotografías que realizaron los miembros de la UCO en el lugar oficial del crimen donde supuestamente fueron asesinadas, no aparece ni una sola gota de sangre en toda su estancia, ni en la primera planta ni en el lugar donde presuntamente se realizaron las torturas y violaciones, la buhardilla.
 Sí se encontró una pista, un pendiente que casualmente se encontraba en la buhardilla y que fue reconocido por los padres como perteneciente a una de las niñas. Yo vuelvo a opinar de forma personal, que me parece imposible que conociendo el estado de los cuerpos de las niñas, el lugar del crimen estuviera totalmente limpio, sin sangre, sin indicios de torturas, sin nada que nos haga pensar todo lo que paso. ¿En ningún momento se pensó en llevar a Ricart para que intentara reconstruir los hechos?

 Como sabemos las niñas fueron encontradas en una fosa, ésta se encuentra a unos 800 metros de la caseta a la que nos referimos. Según la versión oficial, las niñas recorrieron por su propio pie y malheridas este trayecto, donde su final era recibir un tiro a sangre fría para después enterrarlas en la fosa. Sólo imaginarme esta escena se me ponen los pelos de punta, pero vuelvo a pensar que según las informaciones conocidas a través de los medios de comunicación, el recorrido no era nada fácil, a parte de ser cuesta arriba y contar con curvas llenas de piedras, el estado de estas niñas después de inspeccionar los cuerpos no era el adecuado como para poder andar por si mismas hasta la fosa.

Moqueta o manta donde fueron envueltas las niñas.
 Existe un elemento de gran importancia para mí, la alfombra o moqueta, lo digo porque no quedó muy claro lo que era realmente. Pues bien, en este objeto fueron envueltos los cuerpos de las niñas después de ser asesinadas. Pero lo increíble de todo esto es que en la alfombra o moqueta no había ni una gota de sangre ni de barro. Con todas las torturas a las que fueron sometidas, yo me hago una pregunta que vosotros estáis pensando, si ni en la alfombra o moqueta, ni en la caseta ahí restos de sangre, ¿Dónde está?, pero hay mas, los cuerpos fueron hallados cubiertos de barro, pero en la alfombra no se encontró prácticamente nada. No hace falta que analice mas este punto.

 Antes hemos comentado el tema del “papelito” encontrado próximo a la fosa con el nombre del asesino. Ni en las peores películas de crímenes se ha utilizado este método tan pobre. Dejar un papel con el nombre escrito del supuesto asesino, se supone que esto se utiliza para despistar, pero no, la Guardia Civil hizo una campaña de búsqueda y captura torpe y brutal. En otros casos lo que se hace es observar al supuesto asesino, seguir sus pasos, ver donde va, con quien se relaciona, por qué lo hizo, no se, no soy policía, pero si lo fuera lo último que haría es perseguir a alguien que está escrito en un papel troceado en el lugar del crimen, me parece absurdo. Pensar que el papel troceado del tamaño de una cuartilla y con un peso ínfimo, dejado aleatoriamente en una montaña puede que desaparezca con el aire, no sé, me parece imposible que después de 75 días puedan seguir tan unidos como para descifrar el nombre que en él iba escrito. Debe ser que hoy tengo un mal día para ser subjetivo.

 Para escribir este relato, he leído y me informado como siempre, pero una de las cosas que más me ha angustiado han sido los informes forenses de cada uno de los cuerpos. En un principio pensé publicarlos, pero son tales las aberraciones descritas, que prefiero que sigáis ignorantes en este aspecto.

 Este año se cumplen 20 años del triple crimen en Alcasser. Según el artículo 131 de la Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal Español, los delitos prescriben a los 20 años, por lo tanto el caso se cerrará. No tengo más que escribir.